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Jordi Gil Psicologo Barcelona España |
Muchos de los
problemas de pareja son fruto de heridas infantiles que eclipsan el presente.
Toda pareja está compuesta por unos adultos que
poseen un niño interior, herido en mayor o menor medida. La mayoría de
parejas que experimentan problemas (tales como discusiones constantes,
desconfianza o problemas con los hijos) y fracasan, son aquellas cuyos niños
interiores heridos han interferido en la salud de pareja, y las que tienen
éxito son aquellas cuyos adultos poseen un niño herido bastante saneado, o que
tienen conciencia de cómo puede distorsionar la relación y saben gestionarlo de
un modo ecológico.
Nuestras heridas infantiles condicionan
nuestra vida adulta. A veces vivimos situaciones donde se actualiza lo
traumático, la angustia antigua eclipsa/invade a la realidad actual.
Nuestra herida produce una desproporción entre los
hechos, las vivencias y sus resultados. Y sobretodo distorsionan nuestra
precepción.
Veamos un ejemplo de un problema de pareja recurrente y su relación con
las heridas infantiles...
Una persona se
siente abandonada por su pareja, indagamos
en su situación y descubrimos que revive su antigua herida de abandono. De
pronto una discusión con su pareja se transforma en la
confirmación inequívoca de que “nunca me siento querido por lo que soy”,
la cual parece la demanda desconsolada de un hijo a su padre y madre. Este es
un problema de pareja recurrente.
El miedo y el enfado inundan a la persona, y sufrirá
en exceso e incluso puede cometer conductas de las cuales se puede
arrepentir “el ultimo día casi empujo a mi pareja”.
El niño herido contamina de forma inconsciente al
adulto, por más que mi pareja me diga que solo está en desacuerdo con mi punto
de vista, el adulto poseído por la herida de su niño interior,
percibirá con una certeza absoluta de que no es tenido en cuenta en su relación
de pareja y que el amor que da vuelve a ser pisoteado.
Esta especie de “posesión” influye en nuestra
percepción de la realidad, y también en nuestra expresión, quizás ahora sí
emerja la ira no dirigida a los padres, depende cómo se gestione el
antiguo dolor que se actualiza en el presente, el panadero, la pareja
o un motorista pagarán los platos infantiles rotos, o quizás a la persona le
surja un desconsuelo infinito, “nadie cuida de mi corazón” y
acabe en una depresión silenciosa de cinco años o en una actitud de resignación
vital.
La terapia de pareja permite tomar
conciencia de nuestro sufrimiento pasado, para encontrarnos con nuestros
recursos actuales y una mayor sabiduría personal
La terapia de pareja nos permite tomar conciencia de la raíz de nuestros
problemas de pareja, para encontrarnos con nuestra sabiduría personal en el
"aquí y ahora"
Si diseccionamos el ejemplo de problema de
pareja anterior, podemos encontrar:
Hecho actual: discusión con la pareja
Herida primaria: herida de abandono
Vivencia intima: "mi pareja no me quiere,
aunque me diga que sí, no me lo creo"
Nivel emocional: ira y tristeza exagerada
Nivel cognitivo: no me fío de ella, me va a
traicionar con otra persona
Nivel corporal: tensión excesiva e impulso de pegar
Hecho antiguo: mi padre me abandonó, y se fue con
su amante
Nivel emocional antiguo: tristeza e ira
desconsolada
Nivel cognitivo: "mi padre me está
engañando, me dice que me quiere, pero después nunca venía a verme a casa de mi
madre"
Nivel corporal: "me encerré en mí
mismo y a veces me pegaba a mí mismo"
Podemos observar que el nivel emocional se repite,
la desconfianza del cognitivo también, y en cambio el corporal está invertido.
La persona de este ejemplo de problema de
pareja, pudo llorar el abandono vivido por su niño a lo largo de dos
sesiones de terapia de pareja, pudo reestablecer la confianza en su
pareja, y empezó a relajar la antigua ira a través de ejercicios de meditación
en los cuales se amistaba con la legitimidad tanto de su dolor como de su
ira.
Solucionar
problemas de pareja con la ayuda de un terapeuta o psicólogo
Uno de los objetivos de la terapia de
pareja es poner más conciencia y sanación de las heridas originales,
para que nuestras viejas angustias no nos interfieran en nuestra
pareja actual.
La conciencia de nuestro sufrimiento nos permite
compensarlo, somos hijos del pasado y es necesario trascenderlo para
ser padres de nuestro presente y futuro.
El poner atención nos permite diferenciar lo que
nos sucede de lo que nos sucedió, nos permite darnos cuenta de lo actual y de
lo antiguo, y empezar a diferenciarnos.
Una pregunta clave a hacerse mil veces es: ¿esto
qué te duele tanto de tu pareja te toca alguna herida?
El darse cuenta nos llevara a nuestra sabiduría
personal.
“Cuando aparece la sabiduría aparece también una
mayor libertad; la vida se pone
en orden y todo fluye como debe fluir.”
Claudio Naranjo
Por Jordi Gil Martin - Co-Director Gestalt
Salut Psicoterapia
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