PSIC. GONZALO A. PAGUA GARCÍA
INTRODUCCIÓN A LA PSICOLOGÍA DEL ENEAGRAMA
El Eneagrama es un sistema de estudio
de la personalidad y de las relaciones con los otros. Parte del criterio de la
existencia de nueve (9) tipos fundamentales, o modos de pensar, sentir y
actuar, donde cada uno reúne características específicas. Sin embargo, se
plantea que cada tipo tiene en si las características de los otros tipos, pero
de todas estas existen unos rasgos arquetipales que sobresalen por cada tipo, y
lo determinan, entonces, hay ciertos aspectos individuales que están en primer
plano, es decir rasgos que hacen figura en la persona.
Desde el Eneagrama se promueve el establecimiento
de relaciones sociales de mayor armonía.
Igualmente es una herramienta con mucho poder para hacer contacto consigo mismo
y con los otros, por tanto, el trabajar sobre sí mismo, orienta y ayuda a descubrir las propias dificultades, y a superar obstáculos en el desarrollo como persona, además
de propulsar las potencialidades y talentos del individuo.
Del símbolo del Eneagrama se dice que tiene
más de 2500 años de antigüedad, y que se origino en Babilonia. Está conformado
por tres partes. Un circulo, el cual significa
la totalidad, representa la unidad, el todo.
Además por un triángulo que
remite lo que para muchas religiones es
la trinidad, veamos, el cristianismo nos habla del padre, el hijo y
el espíritu santo, los budistas refieren a Buda, Drama y Sangha como idea
trinitaria, los hindúes tienen a Visnu, Brama y Siva. La otra parte es la héxada que significa el proceso y
desarrollo del tiempo, todo está en todo, en perenne movimiento, todo se
recicla. La unidad de estas tres figuras, circulo, triangulo y héxada, conforman el símbolo del Eneagrama.
Para el Eneagrama la personalidad, el
carácter y el ego significan lo mismo. El yo esencial, la pureza con que llegamos
a ésta vida, es alienado y cubierto
a manera de lograr su adaptación a las exigencias del medio, cargado de mandatos y mensajes conscientes e inconscientes que aportan los seres
que nos cuidan, especialmente la madre. El yo esencial y el ego son dos facetas del ser, caras de
la misma moneda el ego, éste último viene a ser la estructura
con la que afrontamos el mundo, es la personalidad que asumimos, es el “yo
soy”, algunos lo denominan el falso yo. Por tanto para alcanzar la armonía es necesaria la integración de estas dos instancias.
El yo esencial es el inicio, y el ego
significa la exageración o distorsión del yo esencial. Ahora bien, para lograr un desarrollo sano del ser es necesario profundizar en el autoconocimiento lo que permitiría liberarse de las reacciones sin control, mecánicas e inconscientes, aprendidas y
adoptadas como defensa ante sentimientos desagradables vivenciados en la
primera infancia. La decisión asumida en aquella etapa de actuar de
determinada manera, para ese momento ayudó a la supervivencia, nos protegió, mas
luego al pasar el tiempo se anquilosa, se rigidiza y se convierte en especie de
camisa de fuerza que automatiza la conducta. Se crece en la creencia que esa es nuestra personalidad y se dice “yo soy así”. El
individuo se presenta con mascaras ante su ambiente. Ante el mundo que lo
rodea.
¿Cómo iniciar y continuar el camino del
autoconocimiento?, la vía para esto es avanzar en el cambio y transformación personal. Primeramente tomar la decisión y hacerse responsable de cambiar, lo que desde ésta
disciplina, Psicología del Eneagrama implica descubrir cuál es el tipo de
personalidad que nos define, asumiendo los aspectos que el sujeto considera positivos y negativos, aunque por momentos estos últimos no nos gusten, no aceptemos o neguemos, muy en el fondo sabemos sí somos así, por tanto, es necesario ser honesto consigo mismo. La herramienta básica para todo esto es la
autobservación, debe ser real y continua asumiendo responsablemente el “darse cuenta”, este camino, apunta hacia el
logro de un estado armonioso de salud,
hacia el respeto y consideración del otro, y alcanzar mayores niveles de paz interior. Esto,
supone despojarse de las máscaras. Ahora bien, es importante no dar cabida a la
autocondenación, que sumerge a la persona en un sentimiento de culpa, con
resultados que no ayudan al crecimiento.
De manera similar evitar la autojustificación, ésta actitud entorpece
que el sujeto asuma la responsabilidad
por los actos de su vida. También dar pasó a la percepción consciente, entendida como la conciencia de sí mismo,
de la conducta, sentimientos y pensamientos propios. Esto es “darse cuenta” de cómo se actúa
mediante conductas automáticas y cómo el sujeto se identifica con ellas, reforzando su máscara o
ego.
El fin del eneagrama remite a reconocer y
aceptar tu tipo de personalidad, o ego, esto no es más que el descubrir cuál es
el verdadero yo, reconociendo reacciones
automáticas, y las máscaras con que el individuo se presenta. De ésta forma,
dar paso al ser auténtico, amoroso íntegro y creativo, es decir el Yo o ser
esencial.
“No
podemos tener una sociedad sana si no está compuesta por individuos
conscientes. Las crisis del mundo no son más que crisis de consciencia”
Claudio Naranjo
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